RENUNCIA REGISTRO ELECTORES-RE SEP. 11, 2008

Rómulo Lares Sánchez

Consejo Nacional Electoral-CNE
Centro Simón Bolívar
Caracas. 11 de septiembre de 2008.

Señores:

Tengo la obligación ética, moral y ciudadana de dirigirme a ustedes, actuando en ejercicio pleno de mis derechos civiles, políticos y como ciudadano, con el objeto de solicitar al CNE, órgano del poder público nacional mediante el cual se ejerce el nuevo Poder Electoral, en su condición de responsable de la función de “Mantener, organizar, dirigir y supervisar el Registro Civil-(RC) y Electoral-(RE)”, de acuerdo con lo establecido en el numeral 7mo., del artículo 293 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela-CRBV99, que me desincorpore del Registro Electoral-RE.

Aunque la CRBV99 ni la ley, determinan la necesidad de justificación alguna como condición para ejercer el derecho de ser incorporado o desincorporado del RE, considero que es también mi obligación, dejar constancia expresa de la razón: Cumplir con la obligación establecida en los artículos 333 y 350 de la Constitución-CRBV99, fuente jurídica indiscutible del Estado democrático y social de Derecho y de Justicia-EDSDJ en nuestro territorio, aprobada por el pueblo venezolano, propietario indiscutible y único de la Soberanía Nacional que ejerció mediante el sufragio en el Referéndum Aprobatorio del 15DIC1999.

En la CRBV99 el sufragio se estableció como un derecho, en avance desde el deber establecido en la Constitución de 1961 con penas y castigos para el abstencionista, por una parte, y le asigna al Poder Electoral la responsabilidad del Registro Civil, además del Electoral por la otra, se crea la autonomía de dos actos anteriormente unidos, el primero: se transforma la inscripción automática en un registro permanente a la inscripción voluntaria en el RE, es decir, en un derecho, no en deber ni de forma automática, sino en una manifestación de voluntad de cada ciudadano de participar en el Sistema Electoral-CNE-VOTO, y el segundo: el derecho a ejercer o no el sufragio en cada convocatoria que se realice, mientras que el acto de votar se transforma en una manifestación de la voluntad del ciudadano de participar en el acto electoral específico, pudiendo dejar constancia en teoría: 1) de su voto por una de las opciones, 2) de su rechazo por el acto específico anulando su voto, (en Venezuela aún no se estableció oficialmente el espacio para el voto nulo, por lo que se contabiliza y confunde con el error al votar), 3) de su abstención, interpretada parcialmente como su “rechazo indirecto”, porque podría ser atribuido a otras diversas causas. Pero después de que existe la posibilidad de manifestarlo claramente por el acto electoral específico o por el sistema político, mediante el acto de desregistro del RE, no se confundiría con la falta de interés o motivación por el evento o por el “sistema”, en los casos en que no se presenta al acto y se suma su “participación” a la columna de la denominada abstención.

Es decir, la CRBV99 abre la compuerta legítima, legal y oficialmente, a la participación-manifestación ciudadana indiscutible de rechazo al Sistema Electoral-CNE-VOTO, además de la “participación” no votando, mediante la manifestación oficial de la no participación en el RE. Una sociedad avanzada, es decir conformada por una mayoría de ciudadanos en vez de simples habitantes, habría estimulado obligando a los políticos y a las organizaciones políticas para transformarlos en promotores para desarrollar estos nuevos instrumentos de participación que ofrece la CRBV99. El secuestro de este debate por el régimen, las “oposiciones” autorizadas (por el régimen, por el CNE) con la complicidad de los medios de comunicación, las academias y universidades, los gremios y los sindicatos, ha impedido que hubiésemos creado y crecido en ciudadanía, para reflejarla con claridad y asegurar su consecuencia jurídica de la nulidad absoluta de los resultados de un fraude electoral, conducente a la deslegitimación de sus proclamaciones, evadida siempre anulando sus consecuencias como en la manifestación del 4DIC2005, cuando el 90% del país rechazó la participación en el fraude electoral denominado “elección” de los miembros de la Asamblea Nacional-AN, que en mi criterio fue la demostración más contundente del espíritu democrático del pueblo de Venezuela; obligando a las organizaciones políticas de las “oposiciones” a retirar sus candidatos, y éstas lo hicieron ante la medición del comportamiento esperado de los electores. Esa “abstención” posee el signo claro del rechazo-desprecio nacional del colectivo, de rojos, azules y ni-ni, al sistema político y electoral.

Ante semejante manifestación de protesta clara del colectivo, de rechazo del SE-CNE-VOTO, de una participación de alrededor del 15% del RE desconocido, manipulado y viciado, estimulada por la coacción del patrono público y por la avalancha de propaganda, sin presencia de las “oposiciones”; sin embargo el CNE proclamó a los diputados de una AN “única monocolor”, con una cantidad aproximada del 5% de votos nulos y en general desconocidos los votos asignados a cada diputado por cuanto nunca fueron publicados los resultados definitivos. Se habría producido una especie de “voto-castigo”, imposible por los vicios del SE-CNE-VOTO, que denominaríamos “no voto-castigo”.

El tradicional “voto castigo”, reflejado en votos por un candidato o partido para manifestar el rechazo por el otro, que teóricamente seguiría vigente, simplemente desapareció a partir de 2003 y hoy no es posible, debido a la cantidad de vicios del SE-CNE-VOTO, que simplemente destruyeron la confianza y la veracidad de los resultados, a tal extremo que más bien fue desarrollado más que para escamotear la voluntad de los electores, con el objetivo perverso de manipularlo para crear resultados virtuales.

En esa “elección”, como en todas las realizadas a partir de agosto de 2004 hasta la programada para el 23NOV2008, están presentes una serie de vicios que afectan en la práctica todos los aspectos del cronograma electoral, desvirtuando tanto la actividad electoral activa (de los votantes), como pasiva (de los candidatos y de las organizaciones políticas). Adicionalmente, las condiciones nacionales externas al SE-CNE-VOTO, de los demás órganos de los poderes públicos, particularmente la condición de censura y autocensura de los medios de comunicación social, la inexistencia del EDSDJ, la violación permanente de los DDHH de los ciudadanos y la administración ilegal de los recursos públicos para favorecer o perjudicar determinadas opciones, cuando cada una de ellas individualmente ante una Justicia proba, serían suficientes e irrefutables razones para suspender los actos electorales o para anular cualquier resultado-proclamación.

Es tan grave el hecho de pretender fundar nuestra vida social, política y económica en el SE-CNE-VOTO, por su carácter criminal, violatorio de los derechos humanos, específicamente el de la participación en los asuntos públicos del interés y de la competencia de los ciudadanos, pero que además está en el origen de las demás violaciones ejercidas por autoridades ilegítimas e ilegales “legitimadas” por el fraude electoral permanente y continuado, que en mi criterio, se transforman en ejecutores de crímenes de lesa humanidad y de lesa patria, y adicionalmente transforman en cómplices a todos aquellos que participen, aún desconociendo las realidades del crimen cometido, en condición de autoridades electorales, de centros, de mesas, testigos, votantes, observadores y auditores, estos últimos con mayor responsabilidad por cuanto se ha demostrado que no es posible detectar mediante las auditorias y programas de observación, ninguno de los fraudes diseñados.

Anexo a este documento, una descripción reciente del crimen-farsa-engaño electoral, que pretende legitimar autoridades todas ilegales e ilegítimas, y promover “virtudes” del SE-CNE-VOTO, que elaboré para explicar al país la gigantesca contradicción de pretender retornar la Nación al Estado democrático y Social de Derecho y de Justicia-EDSDJ por la vía del criminal y perverso SE-CNE-VOTO, posición compartida públicamente por millones de venezolanos al mostrarla y demostrarla con la coherencia de las manifestaciones públicas y la participación votando o no votando desde 2003, que sin embargo es censurada y “autocensurada” por los medios de comunicación social.

Actúo convencido de que defiendo la verdad, rescatada como resultado del estudio y el análisis profundo del acontecer nacional, así como de las investigaciones académicas de la más alta calidad, elaboradas por diversos grupos de eminentes compatriotas con extenso prestigio nacional y también reconocidos fuera de nuestras fronteras, pertenecientes a las más diversas corrientes del pensamiento universal.

Es menester dejar constancia de que a las razones de cualquier ciudadano, se suman en mi caso personal otras que multiplican el compromiso con el resto de mis compatriotas, que refuerzan mi obligación con el cumplimiento de mi deber en virtud de que me considero parte del Poder Público Nacional, como Miembro legal y legítimo del CNE, en una especie de “exilio del Siglo XXI”, al haber sido designado con todas las formalidades originarias del Poder Constituyente por el Poder Legislativo de transición-“Congresillo”, mientras que la remoción de la Directiva (2000-2003) se produjo en un acto contentivo de vicios múltiples de nulidad absoluta y al margen del EDSDJ, por lo que lo desconocimos como Miembros del Directorio, por considerarlo ilegal, ilegítimo, así como el nombramiento de los sustitutos y algunos funcionarios subalternos. Debo recordar que habíamos convocado previamente para el 2FEB2003 un Referéndum Consultivo-RC del para el momento Presidente de la República, atendiendo la solicitud de alrededor de 2,3 millones de solicitudes, el cual fue suspendido mediante una escandalosa decisión de la Sala Electoral “Accidental” del Tribunal Supremo de Justicia-TSJ, que demandamos ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos-OEA en Washington.

Los usurpadores del Poder Electoral, aún hoy presentes dentro de la institución, como primer acto violaron los DDHH del pueblo de Venezuela, al suspender el Referéndum Revocatorio 1-RR1 del titular de la representación del Estado, mediante la insólita anulación de 3,6 millones de solicitudes que ya había verificado el CNE del que formaba parte, y cuando se disponía a convocarlo para septiembre 2003 se produjo la apresurada e ilegal remoción de la directiva legítima referida. Los usurpadores de la autoridad dentro del CNE habrían de ratificar la violación de los DDHH, cuando transformaron la solicitud del RR1 inventando un “Referéndum Ratificatorio”, diferido para el año siguiente el 15AGO2004, y en ese lapso, habrían sumado una lista interminable de violaciones escandalosas, insólitas, de la vergüenza, que no vienen al caso recordar, pero que tan sólo una de ellas habría determinado la anulación del acto, o la nulidad absoluta de sus resultados.

Invito a todos los ciudadanos, de todas las tendencias, grupos y/o clases políticas, sociales, culturales, de todas las razas y religiones, para que mediten sobre la necesidad de marchar unidos hacia el objetivo común de restablecer el EDSDJ, como prioridad nacional para restablecer las condiciones indispensables para la paz y para el futuro, que sólo será posible mediante la consigna y la acción del respeto de la ley, la verdad, los valores éticos, morales, religiosos, la justicia y la democracia. Un objetivo similar y para muchos idéntico, de acuerdo a como ha sido construida la opinión pública nacional por algunos grupos políticos organizados en diversos sectores e instituciones nacionales, con el respaldo de los medios de comunicación, pero que entran en contradicciones cuando han seleccionado el camino de participar en el crimen organizado nacional y transnacional, representado por la violación de los DDHH y del EDSDJ, que de manera permanente y continuada se realiza en el SE-CNE-VOTO, en todos sus aspectos internos y externos, activos y pasivos, y que signará de la misma forma el fraude de las proclamaciones de los resultados de las “elecciones” del 23NOV2008.

Atentamente,